Emocionómetro- Carolina Rodríguez y Natalia Rojas
Poco a poco las escuelas infantiles están integrando en su práctica diaria actividades que tienen relación con la inteligencia emocional. En esta entrada quiero hablar del emocionómetro.
El emocionómetro es una estrategia que permite trabajar la
competencia personal (todo aquello que afecta a la relación con uno mismo) y dentro de ésta, la conciencia emocional, es
decir, reconocer las propias emociones y
analizar cómo afectan a nuestros comportamientos.
Los emocionómetros pueden
presentar diferentes diseños. La fotografía que adjunto pertenece al
desarrollado por dos de mis alumnas, Carolina y Natalia, en el proyecto que llevaron a cabo durante
sus prácticas en una escuela infantil y con un grupo de 2-3 años.
Independientemente de
la forma elegida los emocionómetros presentan las siguientes características.
En primer lugar, disponen de imágenes, caritas o dibujos alusivos a cada
emoción. En segundo lugar, se proporcionan sobres, cartulinas, panel para
colocar la foto, el nombre del niño según la emoción que sienta. Finalmente, se
pregunta a los niños ¿Cómo me siento?. Esta pregunta se
abordará en distintas situaciones según
se decida en cada escuela. Pero se suele utilizar en tres momentos: todos los
días al inicio de la jornada, concretamente, en la asamblea, después de alguna
actividad realizada y al finalizar el día.
Si el emocionómetro se utiliza en el
primer ciclo, con niños de 2-3 años se trabaja la identificación de las
emociones: “Estoy triste, alegre o
enfadado”. Con el grupo de 4-5 años no sólo se trabaja la identificación de
las emociones sino también la intensidad de las mismas: “Me siento alegre o me siento muy alegre”.
Si trabajamos la
competencia personal en la escuela infantil tendremos adultos que no se dejarán
dominar ni desbordar por las emociones que sientan y tendrán por tanto un
comportamiento asertivo y equilibrado respecto a sus emociones.
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